martes, 5 de octubre de 2010

- Agáchate.
El joven suspira. No entiende, pero obedece.Tiene su cara justo enfrente de la chica.
-Mírame fijamente a los ojos.
Ambos sostienen la mirada unos segundos .Unos segundos larguísimos .Unos segundos sin fin .
-Sí, son azules- dice ella por fin.
Pero sus miradas no se desvían.Sus ojos siguen fijos , los de cada uno en los de el otro . Uno perdido en el otro.
-¿Puedo pedirte algo?-pregunta él.
Ella sonríe.
- No hace falta, amor. Puedes besarme.

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